Balance
Último fin de semana de trabajo en la galería. A partir del próximo, podré salir a ventilar mi cerebro a lugares con verde, sol, parrillas, etc.
Durante el tiempo que trabajé acá no aprendí mucho de pintura. Cuando los clientes me preguntaban, inventaba un poco o me hacía el ocupado y huía a la cocina, a la trastienda o al baño. Otra técnica era la de leer el título del cuadro. Entonces les decía: Este se llama: Contraluz Opaco. Lo pintó en 1984 (datos que aparecen en la chapita), un año muy prolífico del artista. Acababa de llegar de Europa. A varios les gustaban mis mentiras, incluso, logré algunas ventas. Vender era la parte más divertida. Las que recuerdo fueron una a un político-pirata, a un austríaco alcoholizado, a un matrimonio enfundado en sendos joggins (me cuesta digerir los joggins) y en fin, creo que no fueron demasiadas.
Con respecto al entretenimiento: bajé una cantidad importante de música en mp3, recibí visitas varias, escribí una buena parte de la novela, descubrí los blogs, el año pasado alquilamos películas (este no, porque cambiaron el video y la tele por una computadora), tomé litros de café express (gratis), charlé con sister Santamarina (mi jefe) y dormí unas buenas siestas en el sillón de 3 cuerpos de la parte de atrás.
Trabajar acá tuvo ventajas, sí señor. Pero ya está, ahora una nueva etapa. Me motivan las etapas nuevas y no quedar clavado y quejoso. A varias personas que conozco esta característica mía les resulta un poco difícil de tolerar, por ser un poco impredecible, supongo.
Querés ser mi amante? le pregunté ayer a una señorita. No, no quiero ser tu amante, respondió. Caramba, pensé, después de 7 años de matrimonio-fiel, voy a tener que pulir un poco mis técnicas de seducción. En fin, Santamarina dice que tengo que estar un tiempo tranquilo, por el duelo de la separación y eso. Veré. Es el comienzo de una etapa y como acabo de decir, me motivan estos principios.Durante el tiempo que trabajé acá no aprendí mucho de pintura. Cuando los clientes me preguntaban, inventaba un poco o me hacía el ocupado y huía a la cocina, a la trastienda o al baño. Otra técnica era la de leer el título del cuadro. Entonces les decía: Este se llama: Contraluz Opaco. Lo pintó en 1984 (datos que aparecen en la chapita), un año muy prolífico del artista. Acababa de llegar de Europa. A varios les gustaban mis mentiras, incluso, logré algunas ventas. Vender era la parte más divertida. Las que recuerdo fueron una a un político-pirata, a un austríaco alcoholizado, a un matrimonio enfundado en sendos joggins (me cuesta digerir los joggins) y en fin, creo que no fueron demasiadas.
Con respecto al entretenimiento: bajé una cantidad importante de música en mp3, recibí visitas varias, escribí una buena parte de la novela, descubrí los blogs, el año pasado alquilamos películas (este no, porque cambiaron el video y la tele por una computadora), tomé litros de café express (gratis), charlé con sister Santamarina (mi jefe) y dormí unas buenas siestas en el sillón de 3 cuerpos de la parte de atrás.
Trabajar acá tuvo ventajas, sí señor. Pero ya está, ahora una nueva etapa. Me motivan las etapas nuevas y no quedar clavado y quejoso. A varias personas que conozco esta característica mía les resulta un poco difícil de tolerar, por ser un poco impredecible, supongo.
Atte.
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