sábado, julio 23, 2005

Reflexión día-sábado-nublado

Hace unos años trabajaba en un banco multinacional. Trajes y zapatos buenos, yuppies por todos lados, piso 25 con buena vista, reuniones en salas gigantes, etc.

En esa época, me inscribí para hacer un post-grado en finanzas. Sobre finanzas había que saber un par de conceptos clave, de donde se desprendía todo lo demás. A esos conceptos, los entendí de entrada.

Las clases eran bastante aburridas. Mis compañeros estudiaban y se ponían nerviosos en las pruebas. Todos querían crecer. Cada tanto había que hacer trabajos en equipo y nos juntábamos los fines de semana. Yo le miraba las tetas a una rubia. Tenía buenas tetas.

Uno de los últimos días de clase, uno de los profesores -era el presidente de un banco- dijo: Bueno, queríamos anunciar que ya corregimos los exámenes y que en base a los resultados y a las presentaciones que hicieron, el mejor de la clase es....Obelix. Todos me miraban.

A mí no me importaba ser el mejor de la clase. Después, mis compañeros/as se me acercaban y te felicito, felicitaciones, me decían. Me deprimí un poco.

El tema del éxito siempre me resultó un tema delicado. La mayoría de la gente mide el éxito de maneras muy extrañas. No sé porqué me acordé recién de todo esto.

Hoy a la noche, fiesta-despedida del gran Tinchus. El lunes que viene, Tinchus se va a vivir afuera. Lo voy a extrañar.


Atte.

2 Comments:

Blogger Satamarina said...

No sé porqué me acordé ahora de Ud. diciendo ayer algo sobre "meter tapas".
Saludos.

julio 23, 2005 8:08 p. m.  
Blogger Pola said...

Estimado,
A veces los parámetros que se utilizan para medir lo exitoso son siniestros. Y en el mejor de los casos deprimen. Es menos peligroso que creérselos.
Saludos.

julio 24, 2005 4:35 p. m.  

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