Otro Puente
Llegamos a lo de Papá-Alberto. Abro la puerta. Broder Topo nos saluda, “Está imposible”, nos dice y se ríe. Winnie y yo miramos a Papá-Alberto. Papá-Alberto, ebrio. “Hoy hubo cóctel en la oficina”, nos explica.
Preparamos una tabla con queso, jamón y matambre. El pan, caliente. Bar y vasos de yampain con hielo. Tomamos varios.
Pasa un rato, “Vamos, Winnies?”, “Vamos, Monis”.
Caminamos unas cuadras. Nos despedimos en la puerta de amiga de Winnies.
En casa me baño y parto.
Colectivo. Me dan ganas de caminar y bajo antes de tiempo. Medio chingado, bajé MUCHO antes de tiempo. Tomo un taxi, viejo-taxista se mete en avenida, pocas cuadras después, tráfico, “Me bajo acá”, le digo. “Pero mirá que estás lejos” “No importa, quiero bajar acá”. Le doy $3 y camino.
Subo escaleras, un puente. Abajo vías y trenes estacionados. Los trenes estacionados, bastante rotos. Me quedo un rato mirando el puente, los trenes rotos, las vías.
Toco el timbre y subo.
Cocina, amigos conversan, “Perdón la demora, mandé fruta y me bajé en cualquier lado”, vino, comida, risas, pipa nueva, más risas.
Dueña de casa baja a abrir la puerta. Abrazo fuerte y nos vemos, nos vemos.
Parada de colectivo y cansancio. Pasa un taxi y lo paro. Durante el viaje no hablo.
Casa, olor a jazmines. Pienso en campos de jazmines. Me acuerdo del puente, los trenes rotos, las vías.
Atte.
2 Comments:
sí, obelix, nada mejor que perfume a jazmines en casa.
Habìa un puente que era perfecto,aunque llegaba ,al final a ojos -vacìos.En ese puente corrìa aire.
No sabes Obelix cuànto extraño ese aire!
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