jueves, diciembre 22, 2005

Todo o Nada

Pablo y yo organizamos todo. Hicimos la reserva y mandamos un mail avisando.

Camino hasta la avenida, colectivo, viaje largo, más de media hora.

Unas 10 cuadras de caminata, llego al lugar.

El presidente de la corporación informática, mi broder chico y uno de los degenerados, sentados en una mesa larga. Nos saludamos, más vino y broder chico y yo empezamos a discutir sobre qué vamos a pedir.

Al rato, llegan los pibes. En total seremos 10 u 11. Mucha risa. Llamo al mozo y dejo que él sugiera cuánto pedir. 3 parrilladas para dos, me dice. "No va a alcanzar", dice Broder-chico. "Si no alcanza pedimos más", contesto.

Seguimos bebiendo, las parrilladas están ricas. "Es la primera vez que hacemos una reunión todos juntos", dice Pablo. Yo tengo puesta la remera de la empresa. "Es horrible", me dijeron el otro día.

Algunos de los pibes son callados. De todas formas, todos contentos. Hay otros que se excitan, empiezan a hablar de las tetas de tal clienta, de cuando le borraron (por error) toda la información a un tipo y dijeron que el problema había sido un virus muy extraño, y así, la noche avanza.

Después del flan mixto, "Bueno, amigos, parto", me despido.

Camino unas cuadras. Encuentro la parada, colectivo diferente al de la ida. "Espero que este viaje no me desmorone", pienso. Caen gotas fuertes, duran poco tiempo. Aparece colectivo y escucho que alguien grita mi nombre. Me doy vuelta, en la esquina, broder-chico y el presidente de la corporación informática, me saludan. Hago un gesto y subo.

El colectivo pasa por lugares que no conozco. Es vueltero. Va para un lado y después retrocede. Sentado en el fondo miro la ciudad. Es un mini-colectivo, nunca había viajado en uno de estos mini-colectivos.

El viaje no está mal, ánimo estable. Pienso un poco. Pienso en que jugar sin apostar puede terminar aburriendo.

Llego a casa, me lavo los dientes y cama. Un día menos.


Atte.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Obelix metropolitano, sepa que 30 minutos es un viaje muy corto.

diciembre 22, 2005 10:31 a. m.  
Blogger Unknown said...

¡A que viajó en el 151!

diciembre 22, 2005 12:27 p. m.  
Blogger marina k said...

Gran frase:
jugar sin apostar puede terminar aburriendo.

Para mí también es así. A veces con la pretensión de no apostar un rato, pero enseguida aburrida, y entonces abandono, o saco las fichas del bolsillo para que entren a jugar.

Ese tiempo, desde el comienzo hasta el aburrimiento, es X, y es propio. No hay que juzgar antes de aburrirse. Y cuando se aburre, entrar en acción.

Saludos querido O.
LM

diciembre 22, 2005 6:07 p. m.  

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